la vida es un recuento de las migas
que hicieron que los pasos convergieran a la espalda
esas migas que los pájaros del tiempo no comieron
aunque siga en pie su atroz sentencia
aunque siga en pie su atroz sentencia
quizás no es más que eso
contar lo que nos queda
y de lo cual nos despedimos como un niño
sorprendido por el día en la casa de sus miedos
y de lo cual nos despedimos como un niño
sorprendido por el día en la casa de sus miedos
que corren exhibiendo sus vergüenzas
a ocultarse de otros miedos
a ocultarse de otros miedos
-quizás definitivos-
mientras el párvulo describe sus ínfimos espantos
y esta suma de contrarios
-hurgar en los botes de la muerte
la lógica ortodoxa del número absoluto-
nos doblega a sus diatribas
así nuestra verdad es una fe ciega en los disfraces
y creer es el acto reflejo de la máscara de turno
arrebatada al libreto de alguna carcajada
o a una tragedia repetida
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