¿Cuándo fue que perdimos el sueño, cuándo fue que perdimos las cimas?

jueves, 10 de noviembre de 2011

AÚN QUEDA UN HOMBRE EN AQUEL HOMBRE

arropado
con la impúdica desnudez de las aceras
 ase
 la verticalidad de los diluvios
sin más barca que su estrella descentrada

y en los charcos de la piel
chapotean los pretéritos intactos
de adioses estampados en los buses
y un repique de quimeras en las sienes

aún queda un  hombre en aquel hombre
gritando su agónica esperanza a las ventanas
haciendo nido en lo escarpado
de las breves miradas de los muros
y en las notas fugitivas
de algún tango
o algún rock en su defecto

qué hay detrás
indaga en las lejanas cosechas del paisaje
en el vago rumor de los grafitis superpuestos
mientras sus raíces
extractan las últimas pequeñas cosas
y partículas de mar
integran cada incertidumbre de sus calles

islas pobladas de insólitas razones
que enredan la divinidad con la evidencia

alquimia inversa
que hace de un dios esto que somos

la amargura irriga luego
las úlceras del ente y de la esencia
sentenciando a conjugar absurdos
cada silueta nebulosa que es el hombre
a la víspera del cuerpo

alba frágil
filtrada por los poros de un ángel inasible