Considerando nuestra limitada condición y la corta visión que padecemos, la poesía es el hilo de luz por una hendija que nos revela un universo, más allá del cajón de nuestro cuerpo y de nuestra perspectiva errada y egoísta de las cosas. Por ese hilo intuimos nuevas verdades y nos rediseñamos en el contexto de mundos condensados, que llamamos metáforas. BIENVENIDOS.

¿Cuándo fue que perdimos el sueño, cuándo fue que perdimos las cimas?
sábado, 13 de agosto de 2011
PENSANDO EN VOZ ALTA
Mucha tinta se gasta, o dedos sobre el teclado, o ¿qué se yo?: ¿neuronas, quizás?, tratando de convencer a otros, sobre la anticuada, poco científica y más que ridícula creencia en Dios, o en lo contrario, en la existencia incuestionable de ese Dios, manifiesta en las religiones, o más bien, en sus dirigentes, que interpretan, deciden y administran las cosas del Señor conforme a su santísima voluntad. El tema de no acabar, tiene efectos contrarios en ambas partes, porque, no existe mejor proselitista, que aquel que culpa, critíca, o ridiculiza a un Dios inexistente(desde su punto de vista), por todo lo que sucede en el mundo, eludiendo su responsabilidad -como parte de esta raza humana-, de lo que a través de un esfuerzo de siglos hemos logrado destruir, siendo- como nos creemos- la cima de la vida, nada menos que la vida inteligente. Por otra parte, los que pretenden llenar los asientos de las iglesias y de paso las arcas, para remodelar los ostentosos templos, promover la fe por radio y televisión y de paso comprar la finca de recreo para el pastor, el auto último modelo, las obras de arte para el sacerdote y lujos y más lujos, sin contar los múltiples e inmensos desaciertos de los líderes, entre ellos, pedófilos, o cuando menos con una doble moral, que empaña sus discursos, son los mejores agentes para vaciar las iglesias y/o hacer de los que se quedan en ellas incrédulos-cristianos; y ese innumerable grupo que no practica los sanos principios, desluce la religión. Desde mi punto de vista, creer o no creer, requiere el mismo acto de fe, respecto a algo que no conocemos y ni la ciencia, ni la religión podrán aportar pruebas a favor o en contra. Este salto al vacío de certezas respecto a los orígenes y de lo que nos espera después de la muerte, nos deja en este intermedio, en el que sin duda, la mejor respuesta, es enlazar las manos, asumir responsabilidades, desempolvar principios y luchar por salvar lo que nos queda...que de seguro en el camino nos sorprenderán las certezas que sustentarán nuestros pasos. PIÉNSELO. ABRAZOS.
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