bajo la escalera
los enseres de la tarde
el viento solano que miente soles de naranja
el alba que tropieza en las mismas piedras
una lluvia de presagios
anegando las semillas de la noche
los sembradíos de cigarras
y una mujer que responde a tu nombre
con los ojos en un paisaje al revés de la memoria
podría con todo aquello
haber hecho una tormenta y un desastre
un barco insumergible con un iceberg en su norte
un abismo inexpugnable bullendo voces intermedias
una manzana envenenada y un espejo amenazado
pero me así al río paralelo
que susurra un cuento virgen
renovándote en los rostros que se acicalan en las aguas
y se embarcan en los peces de cualquier mar del infinito
no rigió entonces lo improbable del ascenso
-agua vapor nube y aguacero-
en nosotros los ciclos de vencer la gravedad
y las tormentas
y las tormentas
Bellísimo tu poema, un gusto siempre leerte. Mis cariños.
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