¿Cuándo fue que perdimos el sueño, cuándo fue que perdimos las cimas?

lunes, 19 de septiembre de 2011

A veces barroco, a veces desabrido...


sin temor a ser barroco  o desabrido
-adicto a la profundidades del barrial
y a las bellezas del caos y los fragmentos-
me declaro un tanto animal 
un tanto hombre
y un tanto certeza
asido a la perplejidad crónica del miedo

pero no más que una mentira elaborada
-el dudoso referente de una metáfora que sugiere el amor a las parejas-

en las puertas
lo mejor que me conozco
yo
una suerte de palabras y de llaves
que forjé en tus orillas encrespadas
escribiendo
en cada retirada nuestros nombres pendulares
-en el cadalso en el que rifamos el instante-
raíz de cualquier cambio y consecuencia


-el grito tiñe de grises nuestros campos-

los relojes las campanas la plaza y la mejenga
el granizo en las miradas los perros negros de la noche
y un párroco sincero
-a los gritos nadie atiende-

yo tendí la cuerda floja entre tus sueños y el epílogo
yo emprendí mi paso sin más red que nuestra suerte

y tuvimos que adornar con góndolas barriales
con nubes los vacíos
con bombín cada cabeza

tú las puertas
yo las llaves y la cuerda que nos suma a los extremos
-a veces barroco
a veces desabrido-

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