¿Cuándo fue que perdimos el sueño, cuándo fue que perdimos las cimas?

domingo, 11 de septiembre de 2011

Dilatando la agonía hasta la parada próxima


como una página al viento
cae la tarde desde muy temprano

se transcribe la inocencia en obscuros códigos
  
se atiborran los renglones de autobuses
vomitando la infección en sus congéneres
-nuevos adeptos al sueño que quedó vacante-

dilatar la agonía hasta la parada próxima

y apunta a la sien del pobre
desde el azar de puertas y conjuros
cualquier pseudónimo con la bendición futura
entre dientes del mejor amigo
que se heló en algún diciembre de los años próximos

ya en la barra la reflexión desarma

quizás en subterráneo se salvarían las horas
porque eso de las presas dilata el paso
y el amor es alérgico al smog por extranjero

podríamos entonces
declamar las etiquetas criollas
descubriendo así
genios oriundos de la mejor botella
para que casa fuese sinónimo de hogar y leña

pero aquí no ataviamos con nieve los cipreses
y la chimenea  es solo un plus para los ricos

aquí arrecia el frío en pleno verano y pesan las palmeras escarchadas
aquí es propia cualquier mujer que nos entrega el nombre
y es propia la voz de Dios
 de cualquier mirada que nos llama hermanos
sin repetir en sus palabras
frío

aquí inventamos las estrellas
a pesar de la soledad que arrecia
y a la hora en punto condena el sueño
a una piel colmada de pesares que sabemos todos
pues la aurora no disimula miedos
y solo hay tiempo para especular otra babosada inédita

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